El bordado nunca fue una de mis labores favoritas, en el colegio me obligaron a hacer un paño horrible con una muestra de diversos puntos y recuerdo que en una ocasión intenté bordar una especie de mantelito con unas flores de Navidad. Punto.
Ahora he decidido que voy a darle una oportunidad a más "labores" y me he inclinado por el punto de cruz por dos motivos (no) serios: mi nuevo bastidor de bordar ¡es fucsia! y para probar unas nuevas agujas de bordar, se enhebran por el centro, así que tienen dos puntas. La verdad es que bordas más rápido, aunque mi ritmo es bastante lento, tengo que adquirir soltura.
Sólo puedo decir que ¡me está encantando!